Tras las esquivas anjovas invernales

El frío parece que por estas tierras valencianas se resiste a llegar.
Se me hacía raro poder encontrar anjovas pasado el Noviembre, mes en el que sí hemos estado tocando alguna. Pero llegó a nuestros oídos que en la desembocadura del río Júcar habían capturado varios ejemplares.
Así que preparamos el arsenal y allá que nos fuimos. No estamos a más de 15 minutos en el coche, así que a las 16:30 estábamos ya en el pesquero.
Lo primero que nos encontramos fue una gran cantidad de gente pescando a spinning, indicativo de que algo se ha estado sacando.
El ser humano tiene la tendencia a amontonarse. Estaban todos concentrados en escasos metros. Como somos algo “raritos” decidimos por apartarnos del grupo para poder pescar más cómodamente.
Al principio había poca actividad, pero conforme iba cayendo el sol, se comenzaron a ver bancos de pez pasto a los que les seguían incesantes ataques de jóvenes anjovas.
A superficie tuvimos algún ataque, pero sin conseguir cobrar la pieza.

Posteriormente pasamos a utilizar minnows pesados de colores claros, empleando jerking no demasiado rápido y con algunas pausas. Acertamos de pleno y comenzaron a sucederse las picadas, logrando cobrar varias piezas de aproximadamente un kilo y algún ejemplar más entradito en carnes.

La pelea de estos gladiadores con equipos ligeros es súmamente divertida, por la espectacularidad tanto del ataque como cuando intentas cobrar la pieza, pues generalmente tienden a saltar para intentar librarse.

Al final resultó en una jornada muy entretenida.
En posteriores salidas la actividad ha ido decreciendo, y cada vez las capturas se resisten más y los ejemplares son de menor tamaño.
Por lo que parece las anjovas invernales han dado su último coletazo y no nos quedará más remedio que disfrutar del recuerdo de estos días y esperar a que vuelvan a hacer acto de aparición a finales de Marzo (aunque tal y como está el tiempo de loco, no me extrañaría nada que nos visitaran de nuevo).