Y es que ya eran varias las visitas al Delta que, aunque siempre lo pasábamos genial, ninguna de ellas había sido demasiado prolífica en capturas.
Pero, gracias a la insistencia y a la inestimable ayuda de nuestro guía particular de pesca en el Delta, René, este viaje, por fin, ha cumplido con creces todas las expectativas y hará que muchos de los momentos vividos permanezcan en nuestras retinas durante mucho, muchísimo tiempo.
La planificación del viaje comenzó con la llamada de nuestro gran amigo, avisándonos de que en días anteriores se estaban tocando ejemplares de anjovas de gran tamaño. Y como a nosotros tampoco es que nos haga falta demasiado para animarnos, dicho y hecho. Salimos el Sábado a las 4:30 de la mañana para estar antes de la amanecida ya en el pesquero.
Recogimos a René y nos llevó a un sitio apartado, lejos de las zonas que habíamos frecuentado anteriormente, pero que sin duda él ya sabía que era donde mayores posibilidades teníamos de triunfar.
El día se presentaba de bueno a espectacular, con cielo despejado, cero viento y poca corriente. Todas las condiciones estaban a nuestro favor, faltaba ver si lo principal también estaría por la labor … los tallahams!
Preparamos los equipos y nos dispusimos a probar suerte. En cuanto comenzó a despuntar el sol, con las primeras picadas, empezamos a intuir que aquél sí era el día.
Y es que hubo un periodo de aproximadamente una hora en que era raro que ninguno de los tres tuviera la caña combada.
Cuando no era un popper era un minnow, y cuando no, todo a la vez.
El mayor espectáculo era observar auténticos torpedos que se arremolinaban en grupos de 4 o 5 ejemplares en torno al pez clavado, justo bajo nuestros pies.
Incluso René, que es un gran conocedor de la zona, estaba asombrado, y más aún por las fechas en que estamos.
Las picadas se sucedían una tras otra, la mayoría fallidas, pero lo emocionante del momento no era sacar el pez, sino disfrutar de sus tremendos ataques.
Se perdieron varios señuelos, algunos por corte de la línea (por algo se han ganado a pulso su nombre), pero en mi caso lo más sorprendente fue que en dos lances consecutivos, una bestia consiguió arrancar de cuajo la potera central de un Hart Shore Minnow, y al siguiente lance, con una única potera, quedarme directamente sin señuelo.
Increíble la voracidad de estos bichos cuando entran en frenesí alimenticio.
También tuvimos bastante suerte en lo que respecta a la continuidad de las picadas. Sólo nos dieron una breve tregua que aprovechamos para recuperar fuerzas.
Cómo no, nos dimos un buen atracón de embutido típico de la zona, cortesía de la madre de René de la Carnicería Paquita, situada en Deltebre. Si váis por allí no dejéis de visitarla y hacer buen acopio de sus productos.
Nos pusimos las botas con un vinito y bocatas de morcillas que allí llaman “baldanas”. Como dice Vicent … “Melassa” (en referencia a lo bueno que está ese embutido y a cómo lo estábamos disfrutando). Aquí tenéis una muestra de lo que nos metimos “entre pecho y espalda”.
Con el estómago lleno y el ánimo por las nubes, volvimos al tajo … los ejemplares más grandes aún estaban por llegar.
Seguíamos empleando la misma táctica. René los excitaba con los poppers y yo me favorecía lanzando cerca con minnow. Generalmente le picaban antes a él (que por eso es el maestro, aunque no le guste que le llamemos así, te fastidias … 🙂 y seguidamente atacaban con fiereza el minnow que les presentaba.
Así conseguimos varios dobletes de clavadas simultáneas … brutal!
Y si ya todo esto era una auténtica orgía de satisfacción y disfrute, a título personal el viaje tiene aún mayor significado si cabe.
Tenía intención de estrenar con alguna captura un señuelo de fabricación propia. Un paseante de tipo sliding en medida 15cm y que en cuanto a movimientos me había quedado bastante bien pero que yo aún no había encontrado la situación propicia para estrenarlo. René si había logrado alguna captura con un modelo que le envíe.
El señuelo es este:
Y es que cuando ves que algo que has construido con tus manos funciona y encima te da buenas capturas … qué más se puede pedir!
Describir cómo nos sentíamos (y aún a estas horas nos seguimos sintiendo) después de tan memorable jornada, es imposible. Conseguí grabar un par de vídeos donde se ven muchas de las picadas, aunque no todas porque olvidé apagar la cámara durante el almuerzo y se comió casi toda la batería 🙁
Pero bueno, creo que, aunque he tenido que eliminar el audio porque sólo se oían gritos y carcajadas, permite reflejar parte de ese momentazo.
El vídeo lo tenéis aquí:
Al menos todas las capturas sí las conseguimos fotografiar. Las piezas rondaron desde los casi 3kg hasta la pieza mayor obtenida por René que llegó hasta los 6kg. No eran los bicharracos que habían estado picando días atrás, pero sin duda el número de ataques mereció la pena.
Además, para conseguir sacar nosotros un ejemplar de más de 3kg en nuestra zona, ya hay que correr ya …
Aquí unas fotos donde, como observaréis no podíamos ocultar las risas nerviosas de satisfacción.
A mediodía y ya bastante cansados de tanto lance, nos dispusimos a dar por concluida la jornada, no sin antes darnos un buen homenaje en el restaurante que siempre acudimos cuando visitamos esta localidad. La Tasca Tres Cantons, donde podéis degustar platos típicos de la zona, que están espectaculares. Absolutamente recomendable.
El brindis que daba por finalizado este viaje, y pensando ya en la próxima.
Gracias compañeros, ESTO SÍ ES VIDA!!
Perfectamente contado, al leerlo se me ha vuelto a poner la piel de gallina, jajaja, contentísimo de que los planes salgaran bien ( ya tocaba), por fin habéis conocido una autentica jornada de pesca en el Delta del Ebro. Saludos
Todo esto es gracias a ti.
Ya estamos deseando volver 🙂
Mejor explicado imposible, y es que el Delta es un paraiso en todos los sentidos tanto para la pesca como gastronomia local, la combinacion de ambas cosas se convierte en una autentica “melassa” de disfrute que es dificil de olvidar durante muchos años o incluso toda la vida,darte las gracias una vez mas Rene´ por ser nuestro guia porque si no es por ti como digo yo algunas veces “no cogemos ni caspa” . Para finalizar un apunte muy importante y es que todos los ejemplares fueron devueltos al agua sanos y salvos.
“Con el estómago lleno y el ánimo por las nubes, volvimos al tajo”….no querrás decir al Ebro??
Después de este chiste malo del dia decir solo que habeis pescado porque no pude ir…sino….porra para todos seguro.
Se os nota en la cara que disfrutasteis del dia. Enhorabuena por la jornada!!g!!!!!
Madre mia vaya pesqueron! Ojala me hiciese yo uno así eje, no dejes de publicar en el vlog!!
Un saludo des de Viladecans!
La verdad que sí fue un buen día … no siempre es así y cuando te toca la lotería hay que aprovecharlo.
Saludos compañero!
Te puedo pedir consejo??
Veras… ahora que se acercan los reyes magos voy a adquirir alguna cañita… actualmente tengo una 0.5-7 para rockfishing y una 233 10-35(la cual estoy pensando en vender) para alguna salidita a agua dulce y para mar… la cosa es que estoy mirando una 240 15-60 para bichos malos como anjovas, dorados y palometones… y no se si cogerla en 270 o 240.. normalmente pesco en espigones y a veces en alguna escollera…y si la cojo en 240 también me vale para lucios.
Estoy pensando en vender la 10-35 para cogerme una 7-28, y la cosa quedaria 0.5-7(para rockfishing y alguna trucha pequeñita) 7-28(para alguna lubina, bass, lucioperca y algunas truchas grandes) y 15-60(para los bichos malotes)
La cosa es.. que debo hacer? Si la cojo en 270 ya no me vale para agua dulce porque sería muy larga así que seguramente la coja en 240, y en cuanto a coger una 7-28 y vender la 10-35 la ves buena idea?(y así no tendria 2 cañas parecidas, porque 10-35 y 15-60 tienen bastante gramaje parecido..)
GRACIAS!
PD: Soy de Barcelona!
Hola de nuevo, las dudas que tienes son razonables.
La “caña para todo” no existe, y con el tiempo de irás dando cuenta de ello.
Si con la 233 10-25 no estás a gusto, con una 240 en 7-28g tampoco … ahí sí estamos hablando de cañas muy similares. Si tu actual caña te gusta, guárdala para la pesca en río y cuando puedas pescar en el mar cerca del agua. Ahora, si no te gusta esa caña ya estamos hablando de otras cosas.
En cuanto a la caña para pesca en espigón y si buscas bichos más serios, te recomendaría la 270 con c.w. 20-60g, si en tus escenarios de pesca tienes cierta altura como suele ser habitual. Evidentemente si puedes pescar a ras de agua, pues puedes acortar la medida de la caña, además de aligerar el peso del conjunto que siempre se agradece.
Lo que no puedes comparar es una 10-35 con una 15-60 porque son cañas que, al tacto, resultarán muy distintas.
Espero haberte ayudado.
Saludos!
Claro ya se que no hay nada para todo… pero es para intentar utilizarlas también en agua dulce… por tamaño mas que nada