De todos es conocido el sobrenombre de “La Reina” para cariñosamente refererirnos a nuestra querida Lubina (Dicentrarchus labrax).
Lamentablemente en nuestras costas mediterráneas levantinas no es tan abundante como en otras aguas del Norte de la península. Además, el descenso en la calidad y caudal de las aguas fluviales, la contaminación y la sobrepesca, han reducido notablemente el número de ejemplares que, no hace muchos años atrás, podíamos encontrar por estos lares.
Parece obvio, pues, que la mayor confluencia de lubinas la encontremos en zonas donde están más protegidas y obtengan de modo más sencillo, su alimento.
Este hábitat no es otro que el espigón.
El “llobarro” (derivado del griego labrax – lobo de mar), como lo solemos denominar aquí, es un cazador astuto, esquivo y con una muy buena visión. Su cuerpo no está diseñado para ataques de largo recorrido, sino más bien para embestidas cortas y fulgurantes. Es por ello que su mejor arma sea la paciencia y su mejor táctica, la emboscada.
Si tomamos un escenario como el de la siguiente fotografía,
no dudéis ni un segundo que estará acechando a sus presas desde la cueva que forma el roquedo. Esperará a que algun desprevenido pececillo se acerque lo suficiente para que no tenga oportunidad de escape.
Ahora bien, en sus hábitos de caza, este depredador va un paso más allá. Con el fin de tener más probabilidades de éxito en sus ataques, y minimizar consumo energético, la lubina aprovechará cualquier ventaja que las condiciones del medio le puedan ofrecer. Es por ello que los momentos donde están más activas sean con mar relativamente fuerte y tras la espuma. Las posibles presas estarán a merced de las fuertes corrientes, y la baja visibilidad las harán un blanco fácil.
Por tanto, y para tener oportunidad de éxito en la captura de este perciforme, primero debemos estudiar y analizar la zona donde vamos a tentarlos.
Esto es mejor hacerlo en días soleados, con agua muy calma y clara, dotados de gafas de sol, a ser posible polarizadas. Nos dará una primera visión nítida del pedrero, como los huecos, zonas de paso de alevines, corrientes, etc. Evidentemente no será el momento más propicio para su pesca, pero sí un gran momento de análisis. Intentad pensar dónde y cómo pueden estar sus escondrijos. Tampoco dudéis en hacer unos cuantos lances, si hay alguna lubina cerca, igual le de por asomarse, no tanto como un ataque alimenticio, sino tal vez por territorialidad. Si los avistáis, quedaros con ese sitio en mente, cuando se den mejores condiciones es muy probable que sigan ahí esperándonos…
Cómo ya comenzaréis a intuir, será muy complicado ir a lanzar nuestros señuelos a “territorio desconocido” pensando en tener una gran jornada. A mi parecer, la pesca a spinning de esta especie es la que más estudio requiere de la zona. Y la experiencia será la que nos diga cómo, cuándo y dónde.
Conociendo ya un poco los hábitos de caza, no nos quedará otra que esperar el momento idóneo. Personalmente siempre he tenido más éxito tras temporales de Levante, pasados uno o dos días, cuando el agua ya ha aclarado un poco, pero todavía quedan restos de resaca, formando esos espumeros a 10 o 15 metros de las rocas.
Los días con viento de Norte, suelen remover bastante el fondo y provocan la aparición de bastante suciedad en el agua. Pero si el viento no ha sido muy fuerte o continuado, dará lugar a unas condiciones también bastante óptimas.
En estas situaciones, donde el mar está “pegado”, no podremos utilizar cualquier señuelo. Necesitamos muestras que se agarren bien al agua y que tengan un movimiento importante. Tened en cuenta que la lubina atacará por instinto guiada por las vibraciones que se formen a su alrededor y que deberán destacar entre el oleaje. Aquí ya dependiendo del tipo de roquedo emplearemos señuelos que profundicen más o menos, para no enrocar.
Respecto a los colores, pregunta bastante recurrente, personalmente durante las primeras luces del día o con bastante espuma prefiero señuelos de colores chillones o blancos, aunque pueda parecer una contradicción, son los que mejor me han funcionado. Si el mar no está muy fuerte, tiendo a utilizar engaños más pequeños, colores naturales y que vibren mucho, emulando el pez pasto que pueda haber alrededor.
Ya por último, recomendaros únicamente que empleéis equipos no demasiado ligeros. Si bien tras la clavada no disfutaremos tanto de la pelea, tendremos más oportunidades de éxito de recuperar la pieza. Tened en cuenta que son peces cuya máxima potencia la desarrollan durante los tres o cuatro primeros envites. Al notarse apresados, intentarán regresar a su escondrijo, llevando nuestra línea bajo las afiladas rocas.
Por ello si pescamos con trenzado se hace imprescindible el empleo de un bajo de nylon/fluorocarbono de calidad, de un diámetro aproximado a 0,40 lo que, además de ofrecer menor visibilidad en el agua, nos ayudará a resistir mejor el roce.
Aún así muchas veces terminaremos con la línea partida, y un terrible disgusto, no ya de haber perdido la pieza y el señuelo, sino de dejar al animal herido con un elemento extraño en su cuerpo, deseando que pueda liberarse de él cuanto antes. Y es que esta no deja de ser una pesca con cierto riesgo.
Raramente los ejemplares que obtendremos sobrepasarán el kilo de peso, pues son los más numerosos, como esté que capturé ayer mismo, y que devolví al agua. Tomemos conciencia de la escasez y si nos llevamos a casa todo lo que capturamos, de nada nos servirá quejarnos.
Pero si somos constantes y hacemos las cosas bien, la insistencia hace que en ocasiones se alineen todos los astros y finalmente tengamos esa jornada mágica que perdurará en el recuerdo para el resto de nuestra vida. Son esos días que te hacen olvidar los malos momentos (que si son pescando nunca pueden ser malos) y te dan energías renovadas para continuar esforzándote en mejorar.
God save The Queen!
Buen articulo y buen consejo el de estudiar bien la zona…en spinning pocas veces sirve eso de….yo lanzo y a ver que sale.
Ciertamente, y más con la lubina, conocer bien el sitio es imprescindible.
Una vez un sabio pescador me dijo:
“La suerte existe, pero es un privilegio reservado sólo a los más veteranos”.
Qué razon tenía !
Muy buena entrada, la pesca de la lubina a spinning es la que mas me gusta, los escenarios que frecuento son muy diferentes a los tuyos pero el comportamiento del animal es el mismo. Aver quando te animas a tentar a las lubinas nocturnas del Delta!!
Cuando me animo?
Ánimos me sobran, me falta acompañamiento …
estoy iniciandome en el spinning, me comprado una caña zun zun vortix xl, de accion 15-60gr, estoy mirandome un carrete pero nose cual le vendria bien a esta caña, me podrias dar algun consejo de carrete, hilo con el que llenarlo y sobre algun señuelo. mil gracias
Para esa caña me cogería un 3000 de Daiwa o 4000 de Shimano, respecto al modelo en concreto depende mucho de presupuesto. Yo tengo más que probados el Stradic de Shimano y el Caldia o Ballistic de Daiwa. Si quieres algo más económico pero con bastante fama, el Exage de Shimano o Exceler de Daiwa.
La línea, cógete un Daiwa J-Braid x8 en diámetro 0.19 si vas a por lubina en espigones.
Señuelos … ufff esto sí es aventurarse mucho. Los Yokozuna Montero en 140 y 160 van bastante bien para su precio, el Spanish Lures Mesías también, y luego los Duo Tide que son auténticas máquinas de matar 🙂
Un saludo, suerte y paciencia.