Y es que cuando desde el espigón no tocamos ni los jureles, toca buscarlos en aguas más fresquitas.
Hacía tiempo que no salía con mi hermano con nuestra barquita, una whaly 380 de material plástico irrompible.
Entre que el motor nos estaba dando problemillas (temas de carburación, fue desmontar el carburador y limpiarlo todo bien con spray para admisiones y ahora va como un reloj suizo), y que tampoco había muchas ganas, lo vas dejando, lo vas dejando …
Pues bueno, al final resultó una jornada divertida. No salieron grandes capturas a curricán (estuvimos un rato buscando anjovas) pero a curri ligero tuvimos infinidad de picadas, sobretodo de jurelas y caballas (triunfando los Yamashita Surf Mizuno). Lástima que estas últimas fueran de pequeña talla porque nos hubieran hecho disfrutar de lo lindo. Aún así dieron juego.
Yo me llevé la caña de spinning y estuve probando con jigs (el Bony de 18g y los Majorcraft Jigpara de 25g) y vinilos con cabeza plomada (en mi caso de 5 gramitos), resultando en varias palometas, algunas de ellas ya de buen tamañito, y jurelas kileras, que destrozaban sin piedad los recién estrenados Keitech Easy Shiner.
Hablando de estos últimos, son súper efectivos y con una acción irresistible, pero tanto las obladas como las jurelas, los machacan casi con la primera picada. Eso sí, cuando no entran a nada, hay que meterlos sí o sí.
En fin, una bonita salida, con mar tranquilo y algo de viento que rizaba un pelín la superficie, condiciones ideales para disfrutar del mar y la pesca.
Y ya por último os dejo un par de fotillos de algunas capturas, espero os gusten.